OPCA # 2

A 7 km al norte del municipio de Nemocón, en el departamento de Cundinamarca (Colombia) una importante zona arqueológica sería sepultada por toneladas de basura. La zona corresponde al valle alto del río Checua donde se encuentran varios sitios arqueológicos de gran antigüedad cuyo valor es incuestionable.

En esta zona los vestigios culturales se remontan a una antigüedad mayor de 9.000 años antes del presente que hace parte de una historia casi desconocida en el ámbito nacional. El paisaje de esta zona y sus registros arqueológicos constituyen un documento histórico de los procesos culturales y ambientales allí acaecidos desde esa remota época. En el aspecto geoambiental es uno de los pocos enclaves secos alto-andinos que quedan en el país, que fuera hábitat hace más de 10.000 años de mastodontes. Restos de huesos de estos animales extintos se encuentran dispersos en varios sitios de la zona y algunos ejemplares han sido excavados por el arqueólogo Gonzalo Correal y por investigadores de Ingeominas. .

Los mastodontes convivieron con los primeros pobladores del altiplano de Bogotá y al efectuarse los cambios climáticos que condujeron al Holoceno o época actual hace 10.000 años, quedaron restringidos espacialmente a zonas secas como esta del valle alto del río Checua, donde la vegetación baja les favorecía para sus desplazamientos, por lo que se considera la zona además de gran riqueza para la documentación paleontológica.

Los primeros pobladores de esta zona establecieron sus viviendas al abrigo de grandes farallones de piedra y en varios lugares cercanos a estos donde se encuentran secuencias de ocupaciones de más de cinco mil años; donde se evidencian en el subsuelo huellas de casas, enterramientos y la presencia de instrumentos variados de hueso y piedra; entre ellos, una flauta, quizás la más antigua de América. Son sitios que se tienen registrados, en los que se ha hecho una exploración preliminar, pero que ameritan ser investigados con toda la técnica que hoy ofrece la ciencia, y ser reconocidos y valorados como parte de la historia del país (sitios Nemocón 2, 4, 5; Rasgatá y Checua).

Pero, lamentablemente, esta zona va a ser afectada con la ubicación de un relleno sanitario que recibirá basura de más de 40 municipios de Cundinamarca; algunos de los sitios quedarían sepultados bajo toneladas de basura y el contexto arqueológico de estos cazadores y recolectores, primigenios pobladores del país, sería objeto de una inminente destrucción. En Colombia la documentación sobre lugares que den cuenta de la vida cotidiana y ritual de los primeros pobladores son escasos, y es precisamente al norte de la Sabana de Bogotá, en el valle alto del río Checua, donde se tiene el registro de varios sitios de suma importancia. Varios de ellos, se encuentran en proximidad al farallón conocido localmente como “Piedecuesta” en el área delimitada para el relleno sanitario. Adicionalmente al valor arqueológico, es un paisaje teñido de significado por las acciones humanas, que se constituye en un documento histórico irrepetible, en riesgo de extinguirse, en el cual se registran varias especies endémicas como el “gurrumay” (Condalia thomasiana), que no podemos dejar que se destruyan.

Los sitios arqueológicos bajo la legislación colombiana tienen un régimen especial, son bienes de interés cultural del ámbito nacional y deben ser protegidos por el Estado, las autoridades y la ciudadanía en general. En consecuencia, las autoridades municipales desde el año 2003 se preocuparon por establecer una estrategia de protección y conservación de los sitios arqueológicos del valle alto del río Checua conocedores de la importancia histórica y científica de estos, su antigüedad, su valor simbólico, y el contexto ambiental y físico tan relevante de la zona. Una de sus acciones fue la promulgación del Acuerdo No. 030 de septiembre 10 de 2004 del Concejo Municipal, por el cual se declaraba una zona de la vereda Checua y la parte baja de la vereda Cerro verde del municipio de Nemocón como de patrimonio arqueológico, histórico, ecológico y cultural. Desafortunadamente, esta declaratoria fue cuestionada por la Procuraduría Ambiental y Agraria, la misma que solicitó al Concejo la revocatoria del citado Acuerdo, bajo la amenaza sancionar disciplinariamente a los miembros del Concejo.

Hay una realidad y es el riesgo en que está de ser destruida esta zona arqueológica si no se toman medidas inmediatas de protección frente a la amenaza devastadora del relleno sanitario, propuesto por la firma Tecnoambientales S.A. ESP y que cuenta con una licencia ambiental de la CAR.

En la actualidad, se encuentra en estudio del Instituto Colombiano de Antropología e Historia una solicitud elevada por la Alcaldía Municipal de Nemocón para que la zona del valle alto del río Checua sea declarada como Área de Protección Arqueológica. Para ello, fue presentado el Plan de Manejo Arqueológico correspondiente, como lo estipula la legislación