El caso Ciudad Universitaria de Caracas, Venezuela
Venezuela no ha sufrido guerras ni confrontaciones internas de orden
civil durante varias décadas, sin embargo no escapa de esta singular
tendencia de destrucción del patrimonio ligado a la identidad
de un grupo social o político. Aún cuando existen casos referenciales
de destrucción intencional del patrimonio en Venezuela, es en la
Ciudad Universitaria de Caracas (Monumento Histórico Nacional y
Patrimonio Mundial) donde se han generado las más sistemáticas
agresiones durante los últimos años coincidiendo con tiempos de intensidad
política y social.
Desde la construcción de la sede de la Universidad Central de Venezuela,
en la década de los
años 50, la CUC ha sido
el epicentro ideológico de
situaciones de conflicto
social, justificadas en el
hecho de que la Universidad
alberga el germen del
pensamiento y de la lucha
social circunstancialmente
resaltadas durante el
proceso de la llamada “renovación
Universitaria”.
La década siguiente, esos
años 60, fueron un hervidero
de situaciones de
conflicto social donde los
actores principales formaban
parte de la comunidad
ucevista. En el año
de 1969 el discurso político
se torna intenso y el
movimiento se hace más
activo y profundo invadiendo los pasillos y aulas del Alma Mater. La
intensidad de la confrontación se pudo constatar en las reuniones y
asambleas, las manifestaciones, los grafitis, los volantes, las publicaciones, los choques violentos y todos los sucesos que hacen del lapso
entre marzo y octubre de 1969 el momento más crudo de la llamada
Renovación. Esta época de hostilidad política culminó con la ocupación
militar del campus universitario la madrugada del 31 de octubre
de 1969, bajo el objetivo de “detener las constantes manifestaciones
anárquicas y el caos subversivo”. Esta ocupación se prolongó por 19
días, concluyendo con la Reforma de la Ley de Universidades. Más allá
del desorden, los grafitis y algunos daños menores, a pesar de tanta
turbulencia social durante este período, no se evidenciaron afectaciones
irreversibles a las edificaciones o a las importantes obras de arte
de la Ciudad Universitaria de Caracas.
Los años 70 y 80 se traducen
como épocas más calmadas
pero no huérfanas de conflictos,
y si bien se generaron
disturbios estudiantiles,
manifestaciones y choques
entre estudiantes y fuerzas
policiales en los accesos de la
CUC, las consecuencias de estas
situaciones fueron localizadas
y puntuales, limitadas
a la colocación de panfletos,
grafitis, pintas, etc. en paredes
y estructuras, no comprometiendo
irreversiblemente
la imagen ni la estabilidad de
elementos y estructuras.
El salto sustancial se da hacia
los años iniciales de este siglo
XXI, cuando toda vez declarada
la Ciudad Universitaria
de Caracas como Patrimonio
Mundial (UNESCO diciembre
2000), y coincidencialmente
existiendo ya instituciones
nacionales orientadas a la
conservación del patrimonio
cultural en el país (Instituto
del Patrimonio Cultural 1994, Consejo de Preservación y desarrollo
UCV- 2000) es cuando se registran las más fuertes agresiones a este
conjunto urbano, con importantes afectaciones físicas.
19 de junio de 2012.
Edificio del rectorado de la
UCV ( Ciudad Universitaria
de Caracas).
Fotografía: Arq. Nelly Del
Castillo
A partir del año 2007 y hasta el año 2013 han ocurrido en este complejo
campus las más nefastas y lamentables manifestaciones de violencia
y agresión intencional al patrimonio nacional, enmarcadas en
un ambiente de exacerbación del discurso político cargado de violencia.
Durante estos 7 años la Ciudad Universitaria ha sido escenario
de 38 hechos de violencia destacándose que prácticamente la mitad
de estos casos (16 de ellos) tuvieron importantes implicaciones de
afectación al patrimonio.
El análisis de las estadísticas mencionadas nos permite realizar un
ejercicio básico: superponer en un plano de la Ciudad Universitaria de
Caracas, la ubicación de los eventos de violencia con la ubicación de
las obras de arte y de los lugares de mayor significación .El resultado:
la evidencia constatable de que las agresiones más intensas y destructivas
(el 46% de ellas) se han generado en el Edificio del Rectorado y
en las áreas del sector Directivo Cultural donde se encuentran los
lugares más notables del conjunto y algunas de las más singulares
obras de arte de la Colección: los murales de los artistas Héctor Poleo
y Pedro León Castro (Oficina Rector y Salón de Sesiones del Consejo
Universitario respectivamente), ambas pinturas al fresco ejecutadas
entre 1953 y 1954 como parte del proyecto Síntesis de las Artes cristalizado
por el maestro Carlos Raúl Villanueva.
Estos lamentables hechos se han desplegado como un abanico de
oscuras acciones: incendios provocados, explosiones de bombas lacrimógenas,
desmontajes de estructuras, destrucción intencional de
elementos de seguridad, agresión hacia las obras de arte, entre otros
tipos de delitos. Para atender las consecuencias de estos actos sin
fundamento racional, las autoridades de la Universidad Central de
Venezuela han orientado esfuerzos económicos a fin de revertir los
daños en los edificios y obras de arte violentadas, todo ello con las
consecuencias económicas de una disminución de la inversión en actividades
planificadas de restauración y mantenimiento preventivo
en obras, edificaciones y espacios abiertos del conjunto.
A esto se suman las restricciones impuestas por la depreciación del
presupuesto universitario, con al menos cuatro años acumulando
insuficiencias financieras devastadoras para la UCV y por ende para
la conservación de este patrimonio bajo su tutela. Ya para el 2012,
el COPRED formulaba una solicitud de recursos ante la Oficina de
Planificación del Sector Universitario, (OPSU, adscrita al Ministerio
de Educación Superior) para la atención de catorce (14) Proyectos de
Intervención en Infraestructura Patrimonial, cantidad cercana a los
122 MM de Bs. (28,34 MM US$), los cuales no fueron aprobados.
17 de marzo de 2010.
Edificio del rectorado de la
UCV ( Ciudad Universitaria
de Caracas).
Fotografía: Arq. Nelly Del
Castillo
Si bien los hechos de violencia y agresión contra el patrimonio mundial,
han sido documentados y denunciados formalmente por la
UCV a las autoridades nacionales y locales, aún no se han aplicado
sanciones a los autores de tales hechos ni se han generado financiamientos
extraordinarios para atender las emergencias o el mantenimiento
preventivo de este patrimonio mundial de dimensiones tan
complejas. La delicada situación económica de la Universidad Central
de Venezuela ha condicionado las posibilidades de dar respuesta eficaz
para atender las constantes agresiones lideradas por pequeños
grupos que pretenden canalizar sus diferencias políticas a través del
daño y la destrucción del patrimonio común.
Las reflexiones que se generan luego de estos hechos son muchas:
¿quiénes son los autores de este tipo de acciones? ¿bajo qué fundamento
se justifica atentar contra un bien común? ¿qué nos hace pensar
que la destrucción de una obra de arte modificará una forma de
pensamiento de un grupo social o político? ¿Cómo se afecta la identidad
y el arraigo de quienes asumen este patrimonio como propio?
Creemos que la experiencia adquirida con estos hechos de destrucción
intencional debe canalizarse en un profundo estudio de análisis
de las causas sociales y políticas que han generado estas agresiones,
estableciendo las estrategias de trabajo con toda la comunidad ucevista
y con quienes hacen vida en este recinto, para minimizar los ataques
vandálicos y establecer estrategias de protección y conservación
preventiva que permitan garantizar la preservación de este conjunto
urbano moderno. Es imprescindible tener presente que este maravilloso
ejemplo de la arquitectura, arte y paisajismo representa el espíritu
de una Venezuela posible donde todos sus ciudadanos tenemos el
ineludible compromiso de atender un patrimonio que ha trascendido
a nuestras fronteras y que se ha tornado en un Patrimonio Mundial
de incalculable valor.